jueves, 26 de mayo de 2016

Propósito de Dios con la familia

“Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quien van a servir, si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”. (Josué 24:15)

Antes de que Josué muriera, retó a las tribus de Israel para que eligieran a quien servir, si al único Dios todopoderoso o a otros dioses. Él y su familia se mantuvieron fieles hasta el final, y el pueblo al ver su fidelidad también sirvió al Señor.

En estos tiempos difíciles que estamos viviendo, la familia está siendo amenazada, pues es un reto mantenerse unida y sobre todo honrando a Dios. Por todos lados se bombardea información a nuestras mentes de cómo el hombre debe tener todo lo que el consumismo ofrece. La mujer debe ser independiente y exitosa. Y los hijos, complacidos en lo material, pero por unos padres casi siempre ausentes.

El propósito del  Señor con la familia es para manifestar su amor, Amor manifestado en el matrimonio, siendo uno sólo en él. Y a los hijos darles la seguridad, el amor y los valores que solo los padres pueden trasmitir a sus hijos.  

Dios quiere bendecir a la familia. Debemos luchar para que Satanás no introduzca la cizaña, por eso es necesario mantenerse unidos, no guardar secretos. Que la comunicación sea la mejor aliada  para impedir cualquier ataque a la familia. Permitir la comprensión y la aceptación de las virtudes y debilidades de cada miembro. Tener paciencia en las circunstancias adversas que se presenten, manteniendo la fe firme y la confianza en Dios, que es quien tiene el control de nuestras vidas si se lo permitimos.

Que el amor sea la mayor fortaleza para mantener a la familia unida, pues dice en corintios 13:4.7: “Tener  amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta, es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.”

Pidámosle al Señor que nos de esa capacidad de amar y que cada día sea una oportunidad de demostrarlo. Que lleguemos amar verdaderamente a Dios y que podamos decir como Josué:  “Mi familia y yo serviremos al Señor.”


Amén


Nota: Versículos tomados de La Biblia versión “Dios habla hoy”


La obra del Señor, un impactante testimonio




Un milagro para un hombre de fe




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