sábado, 16 de abril de 2016

No nos dejemos engañar

“Mi pueblo no tiene conocimiento, por eso ha sido destruido, y a ti, sacerdote, que rechazaste el  conocimiento, yo te rechazo de mi sacerdocio. Puesto que te olvidaste de la enseñanza de tu Dios, yo me olvidaré de tus descendientes.” (Oseas 4:6)

Ésta es una palabra muy fuerte. Tristemente lo que sucedió en aquel tiempo en Israel, lo estamos viviendo en nuestro mundo de hoy. El mundo le ha dado la espalda a Dios y ha rechazado el conocimiento de su palabra, y por eso el mundo está siendo destruido. Pero aún dentro del cristianismo hay mucha falta de conocimiento porque la gente no quiere buscar por sí misma a Dios, sino lo que otros le dicen, aunque estén torciendo y acomodando a su manera la palabra de Dios.

Dios está buscando corazones que le busquen en espíritu y verdad, corazones sinceros que anhelen hacer su voluntad y tengan conocimiento de su palabra. Él nos está llamando a todos. Él vino por la humanidad entera, pero sólo aquellos que se reconozcan pecadores y se arrepientan y acepten a Jesús como su salvador, es a los que el Padre se les revelará.

Dios se  revela a través de su palabra, y es en ella donde nos muestra su amor, pero también nos habla de los pecados que nos separan de ÉL. Nos lo dice claramente y cada uno tiene su nombre, pero si no conocemos que es pecado, no podemos arrepentimos. Creemos que estamos bien, y la realidad es que estamos separados  de su amor. A través de la oración sincera reconocemos nuestros pecados y le pedimos su perdón en el nombre de Jesús. Él en su gran amor y misericordia nos perdona y restituye todo lo que habíamos perdido.

"¿No saben ustedes que los malvados no tendrán parte en el reino de Dios? No se dejen engañar, pues en el Reino de Dios no tendrán parte los que cometen inmoralidades sexuales, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni  los hombres que tienen trato sexual con otros hombres, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los chismosos, ni los tramposos. Y eso eran algunos de ustedes, pero ahora han sido  consagrados a Dios, ya han sido librados de culpa en el nombre de nuestro Señor  Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios." (1 Corintios 9:11)

Satanás es un mentiroso, y ha hecho creer  a la humanidad que  muchas cosas están bien, y que es de fanáticos e ignorantes no estar a tono con la corriente del mundo. La realidad es que Dios nos ha tenido paciencia, pero su Santidad rechaza el pecado, y el mundo tarde o temprano será castigado  por su desobediencia. Pero los que buscan a Jesús con sinceridad y humildad tienen  la promesa de la salvación.

“Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen.  Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán, ni nadie me las quitará”. (Juan 10:27)

¿Estamos nosotros buscando el verdadero conocimiento de  la verdad? Es  tiempo de ser firmes y no tolerar al pecado, pero sí amar a las personas que se encuentran en pecado y llevarlas a conocer el amor de Dios y su perdón. ¿Pero  estamos siendo testimonio que respalden nuestras palabras? ¿Estamos  perdonándonos  como matrimonio, y a nuestros hijos los estamos formando con principios y valores  que honran a Dios?

Es en la familia en donde se establece el fundamento sólido  para formar los futuros hombres y mujeres que incidirán en este mundo, para bendición o maldición, según lo que nosotros como padres hayamos sembrado en sus corazones.

Amemos a nuestra familia, pidámosle al Señor que nos dé la capacidad de amarnos los unos a los otros como Él nos mandó. Respetemos nuestro matrimonio y a nuestros hijos, cuidémoslos con amor y levantémonos con  la autoridad que Jesús nos ha dado para vencer los ataques que Satanás intente hacer contra ellos.

¡Bendiciones!


Nota: Versículos tomados de La Biblia versión “Dios habla hoy”



"Hombres de valor", de Renán Carías



  


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